Resumen
Las políticas criminales postmodernas están, en gran parte, dotadas de una rigidez excepcional pero sin alcanzar resultados positivos en el com- bate al delito. Sin embargo, la sociedad las apoya convencida de que esa es la mejor forma de tener protegida su seguridad. Alarmada por los mensajes sensacionalistas propagados por los medios de comunicación, dicha sociedad legitima políticas fallidas e, incluso, socialmente nocivas, y acaba por exigir, de forma gradual, más dosis del mismo remedio (la represión penal). Sin embargo, dichas políticas no son eficaces pues se basan más bien en el temor social que en las causas del delito. Urge, por lo tanto, un proceso de resistencia al discurso securitizante, a fin de poner en práctica alternativas que logren una real disminución de la criminalidad. Aquí se plantea de qué maneras los actores sociales podrían resistirse a la securitización, a cuyo efecto se sugieren posibles estrategias que viabili- cen dicha resistencia.