Resumen
Más allá de las dificultades inherentes a su denominación y al ámbito que con ella se pretende demarcar, es un hecho indudable que la irrupción del llamado ‘derecho penal económico’ en el escenario de lo penal ha causado importantes consecuencias: el diseño de una política criminal pensada para ‘enfrentar’ una delincuencia de carácter económico con alcance global en la que intervienen corporaciones, la ‘adaptación’ de la parte general (de la teoría del delito y, también, por supuesto, de la pena), la redefinición de algunos ‘delitos tradicionales’ y la creación de un importante número de ‘nuevos delitos’ al amparo de una técnica legislativa que confronta los principios clásicos o, en fin, los ajustes en punto de las técnicas de investigación y de los regímenes procesal y probatorio, ilustran con claridad meridiana lo dicho.