Abstract
2.800 millones de personas en el planeta, de un total de 6.700 millones (2010), de acuerdo con información del Banco Mundial, se encuentran bajo la Línea de Pobreza e Indigencia, a pesar de un crecimiento económico sostenido durante las últimas décadas. Estos indicadores establecen, después de 30 años de aplicar el modelo neoliberal, que no se ha logrado llevar los beneficios de la globalización de manera equitativa a todas las personas, y por lo tanto, se hace necesario revisar ésta teoría económica, con el objeto de identificar un modelo de desarrollo alternativo humano, integral, participativo y sostenible. Para ello, la Responsabilidad Solidaria e Incluyente – RSI – pretende dar un paso más allá de la tradicional Responsabilidad Empresarial. La RSI constituye el marco ético que rige las actividades empresariales, ofreciendo un nuevo enfoque de gestión que estimula la articulación de la empresa con los grupos de interés, con el Estado y los distintos actores de la sociedad civil, con el fin de insertarse proactivamente en la construcción de modelos de desarrollo más incluyentes y equitativos.