Represión Estatal y Sexilio los cuerpos transfemeninos como escenarios en disputa bajo el Estatuto de Seguridad de Turbay Ayala
Resumen
El cuerpo como territorio y estructura narrativa de lo que somos ha tenido que adaptarse a las condiciones sociopolíticas en las que habita, reconstruir sus fronteras y agenciar sus necesidades e intereses de acuerdo al momento histórico en que se enuncia. En contextos de guerra, el estar vivo bajo un sistema de opresión que instaura un régimen sexogenérico desde la heteronorma1, se convierte en un acto político de resistencia. Sin embargo, cuando se transgrede la norma, vivir ya no es un derecho, excepto para quienes hacen de la violencia un fenómeno estructural y teatralizado que convierte a los prejuicios individuales en proyectos de acción militar (CNMH, 2015). Es por eso que hablar del Decreto 1923 de 1978, más conocido como el Estatuto de Seguridad, implementado por el gobierno de Julio César Turbay Ayala entre 1978 hasta 1982, es reconocer el fracaso que tuvo la doctrina de seguridad nacional en Colombia. Este decreto violó los derechos humanos de muchas personas y en el caso, de las mujeres trans, las satanizó; las expropió de su identidad y autonomía corporal; las torturó y las transmutó en el enemigo interno, haciéndolas merecedoras del aniquilamiento y el s-exilio2. Se trata de una lectura moralizante sobre el cuerpo que transgrede sus límites y le expone a una violencia que traslada la figura del enemigo externo a uno encarnado en todo aquel que vaya en contra de los intereses del orden político del momento. En ese sentido, analicemos detalladamente.