Anti-imperialist roots of pre-revolutionary Cuba
Abstract
Desde la guerra de independencia con España, el gran sueño inalcanzable de la sociedad cubana ha sido la libertad; incluso, cuando creyeron haberla conseguido, luego del apoyo de Estados Unidos para vencer a los españoles en 1898, la sombra de la colonización frustró el deseo emancipador de los isleños y fue cultivando un ánimo revolucionario.
Mientras se reconstruía el orden interno, tropas estadounidenses ocuparon la isla hasta 1902, y a causa de ello, llegaron inversores, empresarios y multinacionales norteamericanas a impulsar la economía; sin embargo, sólo hasta el 20 de Mayo, luego de que el presidente T. Roosevelt permitiera las primeras elecciones cubanas, Tomas Estrada Palma fue elegido gobernante de la nueva Republica de Cuba. Al ser el candidato promovido por los americanos, la gente no estaba del todo satisfecha, casi que no tuvo competencia pues el otro contendiente se retiró a modo de protesta y, gracias a la Enmienda Platt -ratificada en la Constitución de 1901-, su gobierno perpetuaría la dominación económica, política y militar de Estados Unidos sobre la isla muchos años más. Con este primer resentimiento por una democracia y un capitalismo tutelado, los cubanos comenzaron a gestar un ánimo emancipador que daría frutos a mediados de siglo.