La radio y construcción de ciudadanía

Resumen

Radialistas apasionadas y apasionados: A Túpac Amaru lo descuartizaron entre cuatro caballos en la plaza cusqueña de Wacaypata. Antes de la ejecución, el visitador español José de Areche mandó que le cortaran la lengua. No quería que nadie escuchara su último grito de rebeldía. Somos hijos e hijas de pueblos con lenguas cortadas. Nos quisieron condenar al silencio. Nos mandaron a callar durante siglos. Y nosotros, comunicadoras y comunicadores, sabemos muy bien que si no tenemos palabra no existimos. Si no hablamos no somos. Se equivocó Descartes cuando filosofó aquello de “pienso, luego existo”. En realidad, lo antropológicamente correcto es decir “hablo, luego existo”. Porque es la palabra la que nos construyó como mujeres y hombres a lo largo de milenios. El pensamiento es hijo de la palabra, no al revés. Y todavía más correcto sería decir: “hablamos, luego existimos”. Porque la palabra siempre es colectiva, un regalo de la comunidad.
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