Resumen
A lo largo del presente trabajo se pondrá de manifiesto el sentido de la ética fenomenológica de Edmund Husserl como renovación del hombre y la cultura, los límites de esta y la posibilidad de ser complementada con la ética del discurso de Jürgen Habermas. Se resaltará el abordaje que estos dos autores hacen con su reflexión crítica a la sociedad contemporánea y pondrá de relieve el sentido con el que ellos entienden la crisis de la cultura, no como algo circunstancial, contingente y pasajero, sino como algo esencial a la cultura misma. Con esto a la vista, procederemos a señalar cómo pasar de una ética centrada en la conciencia a una ética fundamentada en la acción comunicativa sobre el fondo del mundo de la vida intersubjetivamente compartido. En esta perspectiva, la ética no puede aparecer dependiendo por más tiempo de una justificación trascendental y apologética de la filosofía como ciencia, de una reflexión que busca en dicha racionalidad un poco de autonomía y de libertad para la persona y para la comunidad como si se tratara de una ciencia universal y esencial de la razón centrada en el hombre. Esto conduce a pensar la ética en términos comunicativos, es decir, de poner a consideración de todos los afectados nuestros principios y valores en una comunidad de habla en la que se busca, no el saber y la verdad de las cosas, sino nuestra comprensión, rectitud normativa y entendimiento, referido a nuestras formas particulares de vida, a nuestros mundos especiales constituidos por los diversos actos de habla.
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